Amigos y Libros

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Recordatorio mes de Febrero




Como la sombra que se va: Libro de Febrero

Aqui un clip sobre el libro

Libros para el 2016

Los invitamos a que participen de la lectura. Estos son los libros seleccionados. El libro de Enero fue la Travesía de Enrique. Los esperamos en Febrero 10 a las 7pm para leer "Como la sobre que se va" de Antonio Muñoz Molina. La cita es en la Biblioteca Glendale del Sistema de Biblioteca de Salt Lake City. 

Título, Autor(a), Fecha de Publicación y Nacionalidad

La Travesía de Enrique (2015); Sonia Nazario – Estados Unidos

Como la sombra que se va (2014); Antonio Muñoz  Molina - España

La Oculta (2014); Héctor Abad Faciolince - Colombia

Nieve en la Habana. Confesiones de un Cubanito (2007)  Carlos M.N. Eire - Cuba

Misión Olvido (2012) Maria Dueñas – España

Detectives Salvajes (2010) Roberto Bolaños – Chile 

La muerte y la doncella (1991) Ariel Dorfman - Argentina

El Profeta  (1999) Kahil Gibran - Libano

Vivir para Contarla  (2003) Gabriel Garcia Márquez - Colombia

El Guardián Invisible (2015) Maria Dolores Redondo – España

El puente (1949) Carlos Gorostiza - Argentina

Libros para el 2015

Esta es la información de libros y autores que leeremos este año


13 de mayo/ Main: El hombre que amaba los perros/ Leonardo Padura

10 de junio/Sprague: Doña Rosita la soltera/ Federico García Lorca

8 de julio/ Glandale: Recuerdo, celebración y esperanza/ Armando Solórzano

12 de agosto/ Main: Mi mundo adorado/ Sonia Sotomayor

9 de septiembre/ Sprague: Así empieza lo malo/ Javier Marias

14 de octubre/ Glandale: El mundo de afuera/ Jorge Franco

18 de noviembre/ Main: Doña flor y sus dos maridos/ Jorge Amado

"El hombre que amaba los perros", de Leonardo Padura

Es la más extensa de las novelas de Leonardo Padura Fuentes publicadas hasta la actualidad. Cuenta con diez ediciones internacionales y le ha valido a su autor reconocimientos en Cuba y Europa, entre otros, el de la Asociación de Libreros y Editores Independientes de Francia como el mejor libro extranjero publicado en 2011, y en Italia obtuvo el V Premio letterario Francesco Gelmi di Caporiaco (2010) en la categoría de novela de investigación histórica.
Entrevistado por Susadny González, Padura comenta que el punto de partida de esta novela fue su visita, en octubre de 1989, a la casa de León Trotski en Coyoacán. Explica que ese lugar, “que era un monumento al miedo, a la persecución, a la imposibilidad de escapar, tocó una fibra muy especial dentro de mí”. Más adelante, el escritor explica acerca de la trama del libro: “Son tres historias que confluyen en un determinado momento. Por una parte el exilio de Trotski (1929-1940). Hice una línea que tiene a Mercader como centro y en la cual se explica un poco su origen familiar. El cambio de personalidad de este hombre que estuvo en el círculo más cercano de Trotski. Y una tercera línea que se desarrolla en Cuba a partir del hecho histórico probado de que Mercader vivió y murió aquí. Todo es pura ficción. Parto de la especulación de que Mercader le pudo haber contado esa historia a alguien: un escritor relativamente joven”.
En esa modalidad de anudar tres historias que van complementándose y contrastando una con otra, pone en juego una constante en sus novelas anteriores y que define, en cierto modo, la manera de narrar de este notable escritor: lo que se cuenta es la historia de una búsqueda, la búsqueda de la verdad, y esa urgencia por descubrir la verdad tiende un puente también hacia la novela policial, la serie de Mario Conde.
En “La novela de mi vida”, el protagonista —uno de los narradores— regresa a Cuba para seguir los pasos del poeta Heredia en Matanzas y La Habana y hallar el documento que esclarezca su biografía, pero también lo hace para comprender qué ocurrió realmente en su propia vida, quién de sus amigos lo traicionó o si su caída en desgracia
y su destierro se debieron a otra razón desconocida. Un segundo rasgo se muestra también en esta obra: las historias que se entrelazan son contadas por distintas voces. Esa polifonía aporta a la narración una riqueza y variedad que está sustentada en la fidelidad de las voces a los distintos personajes. Es decir, no es aparente la variedad de voces; en verdad, vamos accediendo a la historia desde diferentes perspectivas, con el alcance que cada narrador tiene de aquello que vive, sabe y cuenta.
En El hombre que amaba los perros la voz de Iván, el narrador cubano que quiso ser escritor y terminó oficiando de veterinario, le dará unidad y perspectiva a las otras dos historias: la de Trotski recorriendo la etapa final y repensando su existencia desde su expulsión de la Unión Soviética; y la de Ramón Mercader, que necesita creer que lo queha de hacer-matar a Trotski después de haberse ganado su confianza- tiene sentido y es por un bien mayor.
La palabra verdad aparece una y otra vez en el texto con dolorosa insistencia, en especial cuando lo que se hace contradice lo que se afirma. Curiosamente esa búsqueda de la verdad no espera ser divulgada. Trotski, convencido de que ha sido coherente en su vida y compromiso político, escribe incansablemente a quienes aún no le han quitado
el apoyo a pesar de la presión de Stalin. Él parece ser, de los tres personajes cuyas vidas se entrelazan, el único que se empeña en que se escuche, se lea, se sepa lo que quiere comunicar, su verdad, tal vez porque está seguro de que es la verdad. Para Mercader, el asesino, la verdad ha sido un bien inaccesible, cuidadosamente alterado por parte de quienes lo han elegido para la misión que decide cumplir, finalmente, con profunda convicción. Cuando conoce a Iván y le va contando la historia —como si fuera la de otra persona— lo hace para que aquello que sabe, la verdad que ha llegado a conocer, no muera con él. Iván, el narrador cubano, no tiene a quién contarle la historia que ha ido armando, pacientemente, sumando los datos que Mercader le ha dado y lo que él mismo ha podido averiguar. El miedo ha acallado su voz, porque ya conoce el efecto de decir lo que no es adecuado o puede alguno puede interpretar como tal.
Ramón Mercader e Iván se conocen en 1977. A tantos años de su muerte, Trotski todavía entonces es un personaje conflictivo en la isla. Aunque Iván no se atreve a contar a otro lo que va sabiendo, construye la historia para sí. Y para nosotros, sus lectores, que lo seguimos en la reconstrucción de los tiempos difíciles, tan duros, que han constituido el siglo XX. Lo terrible presentado con la sobriedad de quien vuelve sobre los hechos desde el arte, sin el patetismo de lo inmediato, pero no menos doloroso y conmovedor.
El título del libro, El hombre que amaba a los perros, ofrece también claves interesantes para la lectura.
En primer lugar, cabe preguntarse a quién se refiere el título. Aunque la fotografía de la cubierta remita claramente a Trotski, el enunciado hace también alusión a los otros dos personajes: Ramón Mercader está paseando por la playa con sus dos perros, Ix y Dax, cuando conoce a Iván, y ha habido un perro de por medio cuando el camino de la vida
de uno y otro personaje sufre un desvío inesperado. Ramón contempla inerme cómo su madre, para enseñarle que no hay lugar para la piedad en la guerra, le descerraja un tiro al perrito que él había tomado bajo su protección cuando combatía por el bando republicano en la Guerra Civil española. Iván conoce a Ana, quien será su compañera, cuando ella le lleva a un perro para que él lo salve —y lo salva— en los días en que él casi por accidente ha pasado de editor de una revista de veterinaria a veterinario.
La segunda clave es para los lectores de novelas policiales, pues remite al título de un relato de Raymond Chandler que Iván está leyendo la tarde en que conoce a Ramón Mercader. Y también nos permite la referencia a la narrativa policial en Padura, sus novelas de Mario Conde.
Un último narrador es el amigo de Iván, que decide qué hacer con el relato que le ha legado:
 
 Esta tarde, cuando cierren el ataúd de mi amigo, la cruz del naufragio (de todos nuestros naufragios) y esta caja de cartón, llena de mierda, de odio y de toneladas de frustración yde mucho miedo, se irán con él: al cielo o a la podredumbre materialista de la muerte.
Quizás a un planeta donde todavía importen las verdades. O a una estrella donde tal vez no haya razones para sufrir temores y hasta podamos alegrarnos por sentir compasión. A una galaxia donde quizás Iván sepa qué hacer con una cruz roída por el mar y con esta historia, que no es su historia pero en realidad lo es, y que también es la mía y la de tantísimas gentes que no pedimos estar en ella, pero que no pudimos escapar de ella: se irán tal vez al sitio utópico donde mi amigo sepa, sin la menor duda, qué coño hacer con la verdad, la confianza y la compasión.

"Una misma noche", de Leopoldo Brizuela

'Una misma noche' cuenta la historia de Leonardo Diego Bazán, escritor en la cuarentena, que regresa a la casa de sus padres para cuidar de su madre viuda. Un día es testigo del asalto de la casa de sus vecinos por parte de las fuerzas del orden, y el incidente abre el dique de sus recuerdos: en el año 1976, esa misma casa sufrió otro ataque. Entonces vivían allí los Kuperman, Leonardo contaba 13 años y Argentina estaba sumida en el terror de la Junta Militar. El suceso ha originado una huella imborrable en la memoria del adolescente, sobre todo al descubrir el papel que jugó su padre en todo aquello. Leonardo empieza a escribir una novela con la intención de rescatar y exorcizar un pasado que había querido olvidar. Sus pesquisas se centran en la figura de Diana Kuperman, quien, durante esa época de terrorismo de estado, sufrió tortura psicológica.

"Bodas de sangre", de Federico García Lorca

Bodas de sangre es la tragedia por antonomasia, la pieza que lanzó a la fama a Federico García Lorca tanto en España como en América, y la que une con más rigor el calado poético y la venta dramática del gran autor granadino.

El tema del amor irremediable, que exige el sacrificio de la vida, alcanza en esta tragedia el carácter clásico de un ritual. El mismo impulso de la pasión amorosa aparece en La casa de Bernarda Alba, pero esta vez enfrentado a la tiranía de una madre que encarna la represión como ley inmutable.

Una noticia publicada en un periódico local granadino en el año 1929 sobre un crimen en los campos de Nijar, sembró la semilla que originó la gestación de Bodas de Sangre, una de sus más importantes obras, en la pluma de Federico García Lorca.

Esta obra de teatro escrita en 1932 y estrenada un año después en Madrid combina las características de la tragedia clásica con las tradiciones de un pueblo español, e incorpora de manera novedosa en el teatro moderno la aparición de coros que describen los sucesos.

Al igual que en Yerma y La casa de Bernarda Alba las pasiones humanas son el eje central sobre el cual se teje el núcleo narrativo de la obra. La organización de una boda acordada entre dos familias, la indecisión de la novia y la aparición de un antiguo amor que no había podido concretarse por diferencias de clase, se conjugan para sostener un argumento marcado por la tensión que se va incrementando hasta culminar en un desenlace trágico.

Una tragedia amorosa funciona así como punto de partida para plasmar y desenmascarar los prejuicios sociales latentes en la sociedad española de principio del siglo XX.

Quino inaugurará la 40ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires


La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que este año arriba a su cuadragésima edición y se realizará entre el 24 de abril y el 12 de mayo, celebrará su inauguración con Joaquín Lavado, “Quino” —el reconocido autor de la tira cómica Mafalda—, como principal orador, y dejará en segundo plano la participación de autoridades políticas.
El evento vuelve a desarrollarse en el predio ferial La Rural, de Palermo. En esta edición se instituirá el Premio Diseño Editorial Latinoamericano, se consolidará el ciclo “Diálogo Latinoamericano” y debutará el capítulo argentino, bautizado “Diálogo con Tonadas”.
El padre de la historieta, que este año celebra los 50 años de su primera aparición, será la figura central de la inauguración oficial. Quino dialogará con los periodistas Cristina Mucci y Carlos Ulanovsky.
Las autoridades nacionales y porteñas, que han protagonizado desencuentros públicos, no llevarán el peso de la ceremonia.
Sao Paulo es la ciudad invitada de esta edición de la feria, siguiendo los pasos de Ámsterdam, que debutó el año último, y anticipándose a México, que aparece como gran candidata a ese lugar de honor en 2015. La ciudad brasileña desembarcará con una gran cantidad de autores y cantantes que pondrán un marco “ruidoso y colorido” a su participación en Buenos Aires.
Si en 2013 hubo 70 escritores extranjeros, este año la cifra será ampliamente superada. Sólo la delegación de Sao Paulo aportaría más de un centenar de autores.
El premio Nobel de Literatura 2003, que ya había deslumbrado con sus apreciaciones sobre la libertad de expresión en 2013, volverá a la feria.
En esta ocasión, J. M. Coetzee dialogará con su colega norteamericano Paul Auster, Premio Príncipe de Asturias 2006, el 27 de abril en la Sala Jorge Luis Borges. A ese encuentro se sumarán, durante los 19 días de la feria, las presentaciones de, entre muchos otros, los españoles Arturo Pérez Reverte y Almudena Grandes, o las de Ricardo Cayuela (México), James Dashner (Estados Unidos), Pilar Sordo (Chile) y Nina Jäckle (Alemania).
Para celebrar específicamente los 40 años de la feria debutará el Premio de Diseño Editorial Latinoamericano, que, además de una distinción de 5 mil dólares, permitirá que los ganadores de cada categoría accedan a participar del Premio Mundial de Diseño Editorial.
Entre otras actividades se realizarán la Noche de la Feria (26/4), el Maratón de Lectura (28/4), el Festival Internacional de Poesía (del 2 al 7/5) y las Jornadas Profesionales (del 22 al 24/4).
“Celebramos 40 años de cultura argentina. La feria no se interrumpió ni con dictadura ni con guerra (por Malvinas) ni por hiperinflación”, planteó con entusiasmo la directora de la Fundación El Libro, Gabriela Adamo.
Fuente: GDALa Nación

Recibe el escitor mexicano Fernando del Paso el premio Alfonso Reyes

El escritor mexicano Fernando del Paso fue galardonado con el Premio Internacional Alfonso Reyes 2013, por su trayectoria y aportaciones a la literatura, durante una ceremonia celebrada el 1 de abril en el Palacio de Gobierno de Monterrey con la asistencia de autoridades federales y estatales y del ámbito académico y cultural.
El autor de Noticias del Imperio también fue distinguido con la develación de una placa con su nombre en la Capilla Alfonsina de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), que fue colocada en el muro donde están inscritos importantes autores como el argentino Jorge Luis Borges, el peruano Mario Vargas Llosa o los mexicanos Octavio Paz, Carlos Fuentes y José Emilio Pacheco.
Adriana del Paso, hija del escritor nacido en el Distrito Federal pero avecindado en el estado de Jalisco, agradeció a las autoridades la distinción.
“Hoy tengo el gran honor de develar esta placa, en donde mi nombre está unido al de distinguidos ciudadanos regiomontanos como Alfonso Reyes, quien tanta gloria dio a este estado”, dijo Del Paso.
Ataviado con un saco anaranjado y lentes oscuros, y acompañado por su esposa Guadalupe Frías y sus hijas Adriana, Alejandra, Socorro y Paulina, el escritor bromeó sobre su delicada condición de salud. “Parece que estoy develando lápidas, pero en lugar de decir ‘Aquí yace tal persona’, las mías dicen ‘Aquí sigue Fernando del Paso’ ”.
Tras la ceremonia, las autoridades le regalaron un pastel y le cantaron Las Mañanitas, debido al 79º aniversario de su nacimiento.
De buen humor, Del Paso, quien era transportado en silla de ruedas debido a un infarto cerebral que padeció el año pasado, se dio tiempo para firmar libros a jóvenes estudiantes que acudieron a la ceremonia.
Jesús Ancer Rodríguez, rector de la UANL, hizo un encomio a la obra del autor nacido en 1935 en el Distrito Federal, por su personal manera de escribir. “Del Paso, ya sea en el género narrativo, poesía, teatro, ensayo y artes visuales, ha establecido una tradición propia, una escuela con múltiples seguidores, de una forma diferente y singular de hacer arte, que influye en las generaciones recientes y seguirá haciéndolo”, dijo.
En la entrega del premio estuvieron Ancer Rodríguez; Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de México (Conaculta); María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (Inba); Felipe Garrido, presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, y Alicia Reyes, nieta de Alfonso Reyes.
Del Paso estudió economía y literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam); recibió el Premio Nacional de Letras y Artes 1991 y, por disposición presidencial, fue nombrado Creador Emérito en 1993.
El Premio Internacional Alfonso Reyes, creado en el nombre del escritor reconocido como Regiomontano Universal, es entregado desde 1973 a personalidades que han destacado en las humanidades y la literatura.
El merecedor del homenaje es elegido por un comité integrado por la UANL, Conaculta, Inba, la Sociedad Alfonsina Internacional, el gobierno de Nuevo León, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Monterrey y la Universidad Regiomontana..

Historias de cronopios y de famas, de Julio Cortázar, llega al cine

En el centenario del nacimiento del genial escritor argentino Julio Cortázar, los fantásticos cronopios y famas surgidos de su pluma han llegado a la pantalla grande en una película de animación presentada en marzo en el Festival de Cine de Málaga (sur de España).
El cineasta argentino Julio Ludueña dirigió una historia coral que refleja “la confrontación entre opuestos” que las criaturas de Cortázar “ejemplifican a través de distintas y divertidas situaciones cotidianas, políticas o emocionales”, según el director.
Ludueña aseguró que con Historias de cronopios y de famas cumplió una asignatura que tenía pendiente desde 1972, cuando coincidió con el autor en Francia “y quedó abierta la posibilidad de filmar alguno de sus libros”.
Aunque originalmente pensó en una adaptación cinematográfica con actores, al final se decantó por la animación, porque sintió que tenía entre manos una historia “capaz de unir la literatura con el cine y las artes plásticas”.
Por eso invitó a los pintores Carlos Alonso, Luis Felipe Noé, Antonio Seguí, Daniel Santoro, Crist, Ana Tarsia, Magdalena Pagano, Patricio Bonta, Luciana Sáez y Ricardo Espósito a traducir en imágenes los relatos, en un trabajo que se prolongó por seis años.
“Plasmó cada uno con su propia visión artística los distintos enfoques de cada cuento, tal como Cortázar lo hace escribiendo, dejando abierta esa estructura a la diversidad de variantes”, indicó el cineasta.
La fructífera relación entre el autor de Rayuela y el cine se remonta a más de cinco décadas atrás, cuando el argentino Manuel Antín filmó en 1961 La cifra impar, inspirada en el cuento “Cartas de mamá”.
Maestros del cine como el italiano Michelangelo Antonioni y el francés Jean Luc Godard siguieron sus pasos, y Blow up, la adaptación del primero de “Las babas del diablo”, se alzó con la Palma de Oro en Cannes en 1966 y se convirtió en una película de culto.
“Cortázar es un escritor cuyas escrituras narrativas son profundamente cinematográficas. Para los cineastas, leerlas es querer filmarlas, desde Antonioni a Godard”, aseguró Ludueña.
Para el director argentino, el lúdico universo cortazariano incluye numerosas situaciones que dan pie a interpretaciones múltiples e imágenes distintas en cada lector, del mismo modo que “la música surge de una partitura, con infinitas posibilidades”.
Como ejemplo cita “Las líneas de la mano”, donde una línea sale de una carta y cruza la ciudad hasta llegar a la línea de la vida de una mano, sin aclarar si esa carta es de amor o es un naipe.
Esa ambigüedad “abre un mundo de alternativas tanto a la imaginación del lector como a las imágenes del director”, subrayó.
Historias de cronopios y de famas se presentó el viernes 28 de marzo en la primera jornada de Animazine, el segmento de animación del festival malagueño. El filme, que se estrenará en los cines argentinos en mayo, se suma a los numerosos homenajes que Argentina y Francia brindan a Cortázar durante 2014, cuando se conmemora el centenario de su nacimiento y el trigésimo aniversario de su muerte.
Además, se organizará una muestra itinerante por el país suramericano en la que la película, premiada ya en el Festival Internacional de La Habana, será exhibida junto a las obras de todos los pintores que contribuyeron a su realización.
“Nunca dejó de pertenecer al sur, a sus circunstancias y a su idioma”, destacó Ludueña sobre su célebre compatriota.
El veterano director reivindicó también que “su ideología, indisolublemente unida a la renovación cultural que produjo, no necesita actualizarse sino reconocerse”.
“Cortázar es una voz fundamental para Latinoamérica”, concluyó.

Octavio Paz: Las voces de un idioma/ Alberto Hernández


1
Un “Viento entero” patrocina el encuentro de Octavio Paz con la eternidad. Desde su poema, desde el largo aliento de un texto pronunciado por los elementos, el poeta mexicano, hoy centenario, dice, pronuncia, canta: “El presente es perpetuo / Los montes son de hueso y son de nieve / están aquí desde el principio / El viento acaba de nacer / sin edad / como la luz y como el polvo...”, y entonces el cuerpo de Paz —venido del viento y del polvo— se hace viento y se hace polvo sin edad, con la misma invisible carga de su silencio. Hace un siglo nació Octavio Paz. Hace un siglo comenzó su periplo verbal, un poco balbuceado entre la saliva y los dientes de leche que la poesía ya tenía previstos.
Y así como “La noche entra con todos sus árboles”, el poeta entra en la luz de su destreza inmortal. La celebración viene dada por cada poema escrito, por cada ensayo, por cada descubrimiento, por cada volcán bajo los ojos, por cada viaje añadido a libros y palabras recibidas por oídos ajenos. La fiesta de Octavio Paz, alejada de cualquier rumbo calculador, forma parte de un legado que tiene en México un momento, pero que se hizo americano todo y luego español, y después universal. De allí su “viento entero”, su periplo por la multiplicación de un idioma que se hizo muchos en la boca de dos continentes, en los labios de quienes lo pronuncian.

2
Hace algunos años, cuando aún el tiempo pertenecía a Paz, escribí en Cambio de sombras “El laberinto de Paz”, especie de instante con su poesía y sus contemporáneos, sus águilas o sus soles, sus vueltas y revueltas, sus críticas y cuerpos eróticos tomados por versos y reversos.
He aquí aquella bruma:
Árbol interior, Octavio Paz, árbol gramático, azteca y pirámide, poeta del cuerpo, Nobel desde hoy y para siempre por los vientos helados de Estocolmo.
La noticia se regó por todo el mundo y el Drake, hotel de arribo de Paz a Nueva York, gozó de cámaras, flashes y preguntas a un empijamado escritor que pidió, una a una, credenciales de sorpresa.
Atrás quedaban Mistral, Neruda, Asturias, García Márquez (más reciente Vargas Llosa), para desplazar los últimos desplantes del gallego Camilo José Cela en aquella España (la bella, la tozuda, la altanera y la perversa) del “Exercito Guerrilleiro do Povo Galego Ceibe”.

3
Paz siempre ha sido un indagador de los comienzos. Encontró su origen en las voces bajo las rocas y los monumentos y de ellas —de las voces y sus ecos— hizo fuente de hallazgos. De ese trasunto “Piedra de sol”, poema útero por el que el jurado de Suecia le ajustó buenas cuentas.
Se derrumban / por un instante inmenso y vislumbramos / nuestra unidad perdida, el desamparo / que es ser hombres, la gloria que es ser hombres / y compartir el pan, el sol, la muerte, / el olvidado asombro de estar vivos.
Erotismo y poesía, vértigo, mareo, diapasón, centella sobre el lomo de un caballo, América sin mayúsculas para ir construyéndola.
En esa epifanía, Octavio Paz encuentra los signos del árbol cuyas raíces sanguíneas continúan el curso de los ríos gramaticales, los meandros de una poesía que a cada momento es asombro y “experiencia”.

4
Orgasmo, metáfora de un cuerpo que se extiende entre la sorpresa y la quietud de la inteligencia. Una poética reveladora del deseo, de la “eternidad” de André Breton en las secas tierras mexicanas, en la compañía de aquel que escribió: “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía un tal Pedro Páramo, mi padre”, un tal misterio que conduce a la poesía, al silencio, a la vida, a la muerte juntas. A la polvareda de un paisaje en el que nadie traduce la soledad del otro. Pero también lleva a la desgracia. Es la América huérfana. La tierra que siempre ha buscado en vano un padre. Y cuando cree que lo encuentra resulta ser la cara del miedo, el rostro de la desolación. El rictus del terror. La simiente de un padre que también nació huérfano, cuya madre aún espera bajo el túmulo los nombres que olvidó y se hicieron tiempo de espera. Aún es una tierra surrealista. La magia de América murió con el padre, con los distintos acentos de los padres imaginados. Comala aún se busca entre los muertos. Comala es el orgasmo de esa metáfora llamada ensueño o el idioma que nos habla para hacernos y deshacernos.

5
Virtud extraordinaria aquella de juntar géneros, de amalgamar la inteligencia y sacarle provecho a los lugares e instantes del deseo: “los amantes se asoman al balcón del vértigo”, como si los abismos confiaran la intemporalidad.
Vuelta de hoja, un Levi Strauss para el hombre, y aquella preparación de 1921 en la voz de López Velarde: El retorno maléfico.
Vuelta de tuerca, “piel sonido del tiempo” en una América perdida en sus distintos mapas e invocaciones. Se inicia el comienzo y nos vemos en los hallazgos del poeta detrás de las piras toltecas.
Hoy, a cien años, que será siempre, tenemos a Octavio Paz con y en los giros de sus palabras hechas ríos con otros que pudieran ser Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Juan Carlos Onetti y los que fabrican el silencio y llevan en los ojos la herencia de un “mono gramático” en la sangre y en el tiempo.
Viento entero el de Octavio Paz, “La Poesía”: “Llegas silenciosa, secreta, / y despiertas los furores, los goces, / y esa angustia / que enciende lo que toca / y engendra en cada cosa / una avidez sombría”.salientes. El autor plasma con detalle las costumbres, las festividades religiosas y los pensamientos de toda una población logrando así adentrarnos a la vida cotidiana del lugar. Junto a "Los de abajo" y "Pedro Páramo," esta obra es considerada una de las joyas literarias del México posrevolucionario.
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